EL CATEQUISTA: TESTIGO CREÍBLE DE LA FE

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«La catequesis no puede ser como una hora de escuela, porque es una experiencia viva de la fe que cada uno de nosotros siente el deseo de dejar a las nuevas generaciones». Con estas palabras, el Papa Francisco presentó el horizonte catequético de la Iglesia actual a los participantes en el Congreso Internacional de Catequesis el 10 de septiembre de 2022, y resaltó la necesidad de tener como testigos creíbles de la fe a quienes se les ha confiado el ministerio catequético.

 

El diplomado pretende ofrecer las herramientas a aquellos que han sido llamados a este ministerio tan necesario en nuestros días y que no se puede reducir a un servicio catequético presacramental. Al catequista se le confía la fe de la Iglesia que busca llevar al encuentro con Cristo. Su tarea está presente en diversos ámbitos de la vida pastoral y espiritual de nuestras parroquias y cada vez se hace más necesario una formación a la altura de las exigencias del mundo actual que tiene otras prioridades que no son las del Evangelio y Cristo.

 

Con estas palabras, que son el núcleo formativo del diplomado, se expresa el Papa Francisco en la Carta Apostólica «Antiquum Ministerium» [mayo 10 de 2021] a cerca de la tarea del catequista:

«El Catequista, en efecto, está llamado en primer lugar a manifestar su competencia en el servicio pastoral de la transmisión de la fe, que se desarrolla en sus diversas etapas: desde el primer anuncio que introduce al kerygma, pasando por la enseñanza que hace tomar conciencia de la nueva vida en Cristo y prepara en particular a los sacramentos de la iniciación cristiana, hasta la formación permanente que permite a cada bautizado estar siempre dispuesto a «dar respuesta a todo el que les pida dar razón de su esperanza» (1Pe 3,15).

 

Por lo tanto, el catequista es al mismo tiempo testigo de la fe, maestro y mistagogo, acompañante y pedagogo que enseña en nombre de la Iglesia. Esta identidad sólo puede desarrollarse con coherencia y responsabilidad mediante la oración, la formación permanente y la vida en comunidad parroquial.

 

De esta forma, la catequesis podrá mostrar su auténtica finalidad: poner a los creyentes no solo en contacto sino en comunión e intimidad con Cristo. El catequista, entonces, debe educarse en una mentalidad de fe conforme al Evangelio, hasta que llegue a sentir, pensar y actuar como Cristo, como afirma el Directorio para la Catequesis (marzo 23 de 2020).

Información del curso

II. OBJETIVO Y JUSTIFICACIÓN

III. CONTENIDOS

IV. METODOLOGÍA

Tutores

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